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Loreena McKennitt: Foro Iberoamericano de la Rábida, 18 de Julio de 2008

miércoles, 23 de julio de 2008

Al fin, tras una década siguiendo su carrera y disfrutando de su música, pude al fin ver en directo a una de las intérpretes mas interesantes de la música. Una creadora e intérprete que se ha caracterizado siempre por no dormirse en los laureles y llevar a cabo una continua investigación de nuevos ritmos, nuevos instrumentos y nuevas tradiciones musicales que combinar con la base céltica de su música para crear nuevas composiciones siempre llenas de belleza y energía.

Loreena apareció en el escenario con puntualidad, acompañada por nueve músicos y un murciélago que no hacía mas que revolotear sobre el escenario y le aportó una adecuada nota siniestra a la noche. Nada mas encenderse las luces atacaron los primeros compases de "Tango de Evora" demostrándonos lo que iban a ser las siguientes dos horas: Un espectáculo preciosista protagonizado por músicos de una profesionalidad y virtuosismo fuera de serie, acompañado por un entusiasmo y una forma de disfrutar de la música que no tardó en contagiar al público, haciéndonos olvidar el calor y los mosquitos que llevaban ya un buen rato atormentándonos. El repertorio combinó temas de toda su carrera junto con nuevos temas de su último disco "An Ancient Muse", con el que Loreena ha abandonado un retiro demasiado largo. Un retiro motivado por trágicas circunstancias y por una depresión que, afortunadamente, la intérprete y compositora canadiense parece haber dejado atrás, al menos a juzgar por su actitud en el escenario y por la bromas con las que salpicó sus diálogos con la audiencia.

En directo los temas de Loreena suenan de forma ligeramente distinta, con mucha más energía, con más protagonismo de la guitarra eléctrica y de la percusión. Además de encargarse de la parte vocal, a lo largo del concierto Loreena se encargó de tocar el arpa, el órgano, el piano y el acordeón. Una versatilidad que compartían todos los músicos que la acompañaban, y que demostraron a lo largo de la noche en las ocasiones en la que los arreglos de los temas les dejaban lucirse. Ellos eran los primeros que estaban disfrutando de la ocasión, y como siempre ocurre eso se dejó ver en su música y en su actitud en el escenario.

Después de abandonar el escenario, Loreena y el resto de la banda volvieron a salir dos veces más, finalizando el concierto con "Dark Night of The Soul". Loreena tocó esta última canción al piano, disculpándose por necesitar la letra de la canción (un poema de San Juan de la Cruz) debido al tiempo que llevaba sin cantarla. Al poco de empezar a tocar un golpe de viento tiró del atril una de las dos hojas con la letra. Casi sin hacer ninguna pausa, Loreena siguió tocando mientras se aguantaba un ataque de risa mientras uno de sus compañeros se encargaba de corregir el pequeño desastre. Una demostración de la profesionalidad y el buen humor que todos los intérpretes demostraron a lo largo de la noche.

Tan encantadora y elegante como siempre, Loreena acabó la noche despidiéndose de la audiencia y deseando tener la ocasión de volver a tocar para nosotros muy pronto. Al menos en mi caso, el deseo es mutuo.

© 2008, Juan Díaz Olmedo

Publicado por Juan Díaz Olmedo en 8:00 0 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Música

Gladiator, de Philip Wylie

domingo, 20 de julio de 2008

A finales del siglo XIX, el investifgador científico independiente y profesor universitario Abednego Danner descubre un fluido capaz de modificar la estructura biológica de un feto y convertirla en otra cosa, dotando a la carne de una estructura, dureza y potencia similar a la del acero. Tras varios experimentos con animales Danner decide correr el riesgo e inyectar la fórmula en el feto aún no nacido de su propio hijo. Desde su nacimiento, Hugo Danner demuestra una fuerza y resistencia más que sobrehumanas.

"Puedo saltar tan alto como una casa, correr mas rápido que una locomotora, consigo arrancar grandes árboles y apartarlos...", le confiesa el joven Hugo Danner a su padre. La importancia de esta novela para el imaginario colectivo queda en evidencia en dicha frase. "Gladiator" está considerada como una de las principales fuentes de inspiración empleadas por Siegel y Shuster en la creación de Superman. Hay quien duda de dicha influencia (Siegel y Shuster no llegaron nunca a admitirla) pero tras haber leido la novela de Wylie creo que es más que evidente que, al menos, "Gladiator" fué el punto de partida para crear el famoso comic. Incluso uno de los planes que le son sugeridos a Hugo Danner a lo largo de la novela es muy parecido al plan de dominación mundial que tenía el protagonista de "Reign of the Supermen", la primera versión de la historia de Superman que escribieron Siegel y Shuster antes de crear la forma definitiva del comic.

En lo que se diferencia "Gladiator" de la historia del primera superheroe es, principalmente, en el tono de la historia. En ningún momento Hugo Danner se plantea ocultar su identidad para lugar contra el crimen con la ayuda de sus poderes. En la novela la única ambición del superhombre es llevar una vida normal. Sus increibles poderes no son mostrados casi como una maldición, como una enfermedad que se convierte una y otra vez en un obstáculo para las sencillas ambiciones de nuestro héroe. Cuando, finalmente, Hugo Danner se rinde y decide emplear sus poderes para cambiar el mundo, sus intentos se estrellan con el muro de la incomprensión humana, y con la imposibilidad de que un solo hombre, por muy fuerte y poderoso que sea, pueda cambiar el mundo solo con sus actos. Antes de que existiera siquiera el género de superheroes, Wylie ya habia planteado su deconstrucción y su representación realista.

No nos engañemos, la novela de Wylie dista de ser perfecta. La misoginia de la que Wylie hizo gala a lo largo de toda su vida dicta la representación de todos los personajes femeninos de la novela, y de tan exagerada llegaría a ser cómica de no hacerse tan tediosa. Cuando sus planes fracasan, Hugo Danner siempre se dá por vencido a la primera, sin volver a intentarlo en ningún momento. Pese a que la intención de Wylie no sea esa, la conclusión que uno saca es que el fracaso de Danner se debe a su casi inexistente espiritu luchador, y no a la imposibilidad de que dichos planes llegen a buen puerto.

Sin embargo, merece la pena acercarse a "Gladiator" como curiosidad antropológica, como exploración de una de las fuentes empleadas para crear a Superman y como muestra de la literatura popular de la primera mitad del siglo XX.

Gladiator ha sido publicada en español por la editorial Jaguar.


© 2008, Juan Díaz Olmedo

Publicado por Juan Díaz Olmedo en 20:22 1 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Literatura

Stanislav Petrov, el Hombre que Salvó al Mundo

martes, 15 de julio de 2008

Uno de los sucesos menos conocidos y más sorprendentes del periodo histórico conocido como la "Guerra Fría" tiene como protagonista a Stanislav Yevgrafovich Petrov, un antiguo teniente coronel de la fuerza de misiles estratégicos del ejército soviético. El 26 de Septiembre de 1983, este hombre se desvió del procedimiento estándar de respuesta del ejército soviético basándose únicamente en su capacidad de análisis y en su sentido común. Y, haciendo esto, evitó una guerra que habría causado posiblemente la destrucción del planeta y la muerte de la mayor parte de sus habitantes.

En 1983 el gobierno de Reagan había intensificado la oposición a la Unión Soviética en un cambio de política respecto a la moderación de sus antecesores en el cargo. No en vano el periodo de las dos legislaturas de Reagan empieza a ser conocido en algunos círculos como la "Segunda Guerra Fría", ya que su política de rearme frente a lo que se entendía como la amenaza latente del comunismo hizo que la tensión entre las dos superpotencias alcanzara un nuevo auge. En este escenario, el derribo por parte de la fuerza área soviética de un avión de pasajeros coreano que había entrado por error en el espacio aéreo de la Unión Soviética solo sirvió para acrecentar las tensiones. Entre los 269 pasajeros del avión que murieron en aquel incidente había varios ciudadanos americanos, y muchas voces clamaban por una acción de represalia. Una acción que, de haber sido llevada a cabo, habría tenido como consecuencia una guerra nuclear global.

Recordemos que en aquellos tiempos la tensión entre las superpotencias era contenida por lo que se conocía como "Doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada", es decir, la certeza de que un ataque iniciado por uno de los bandos sería respondido por el otro con el despliegue de todo el arsenal nuclear, provocando así la completa destrucción de los bandos en el holocausto termonuclear resultante. En la película "Juegos de Guerra" se representaba de forma bastante gráfica el resultado de dicha doctrina, con la escalofriante imagen de un diagrama en el que las ondas expansivas de las explosiones nucleares acababan tragándose la extensión de todos los continentes. No estamos hablando de una victoria pírrica, ni de los desastres que siempre ha tenido asociada una situación de post-guerra. No, estábamos hablando de un resultado que supondría probablemente la completa extinción de la vida en nuestro planeta. Y, con total seguridad, del fin del mundo tal y como lo conocíamos.

En esta situación, el teniente coronel Petrov estaba al mando del bunker Serpukhov-15, cerca de Moscú. Su responsabilidad era el sistema de alerta temprana, basado en información de satélite, que permitiría identificar un ataque estadounidense en el momento en el que los misiles fueran disparados. Además de este sistema, el ejército soviético solo disponía del sistema de radar, que detectaría el ataque cuando los misiles estuviera a punto de impactar en territorio soviético, sin tiempo para una posible respuesta.

Poco después de la medianoche del 26 de Septiembre de 1983, el sistema de satélites de defensa hizo saltar la alarma. Había detectado el disparo de un misil nuclear desde territorio estadounidense. Poco después, nuevas alarmas comenzaban a sonar alertando de cuatro nuevos misiles disparados contra territorio soviético. Si Petrov hubiera seguido el procedimiento requerido, habría tenido que alertar a sus superiores inmediatamente, para que iniciaran una respuesta. Con una llamada telefónica, el teniente coronel Petrov habría puesto en marcha el mecanismo de la Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, no lo hizo. El sistema de satélites había fallado más de una vez en el pasado, y Petrov no se fiaba de él. Pero este no fue el auténtico motivo de su decisión. Lo que hizo que Petrov descartara el ataque americano como una falsa alarma fue el hecho de que solo cinco misiles hubieran sido disparados. En caso de un ataque a territorio soviético, razonó Petrov, los americanos hubieran empleado la totalidad de su arsenal en un ataque masivo, no un simple ataque testimonial que solo destruiría algunas ciudades.

Si, es una razonamiento muy sencillo desde nuestra situación, en frío. Pero tratemos de ponernos en su posición, cuando las alarmas le estaban diciendo que la destrucción nuclear cruzaba los cielos en dirección a su país.

No es necesario decir que el teniente coronel Petrov estaba en lo cierto. El sistema de radar terminó confirmando su razonamiento: El ataque había sido una falsa alarma, un error de análisis de una formación nubosa inusual que se interpretó como estelas de misiles intercontinentales. Por su comportamiento, Petrov fue represaliado, destinado a funciones de menor responsabilidad. Acabó retirándose anticipadamente a causa de la presión psicológica a la que fue sometido.

La hazaña de Stanislav Petrov no salió a la luz pública hasta la desclasificación de documentos militares que trajo consigo la caída de la Unión Soviética. En 2004 fue honrado con el premio "World Citizen". Más tarde, en 2006, fue recibido como un héroe por la asamblea general de las Naciones Unidas. Pese a todo esto, Petrov siempre le ha quitado importancia a lo que sucedió aquella noche. Según él, se limitó a hacer su trabajo lo mejor que podía.

Petrov está ahora retirado, y vive en Fryazino, cerca de Moscú. Actualmente se está produciendo un documental sobre su vida, con un título más que apropiado: "El Hombre que Salvó al Mundo".

© 2008, Juan Díaz Olmedo

Publicado por Juan Díaz Olmedo en 15:02 2 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Mundo Insólito

El "Batman: Año Uno" de Darren Aronofsky

viernes, 13 de junio de 2008


Mucho antes de que la saga cinematográfica del hombre murciélago fuera resucitada por Christopher Nolan, tras haber sido inmisericordemente aniquilada por la última entrega perpetrada por Joel Shumacher, en las oficinas de Warner Brothers existió el proyecto de encargarle el film que iba a suponer el relanzamiento de la serie a un director de gran talento y singular visión: Darren Aronofsky. El proyecto, tal y como se había planteado, era el siguiente: Ignorar completamente las películas anteriores y llevar al cine la excelente "Batman: Año Uno" de Frank Miller, con la que el controvertido autor redefinió el origen del personaje tras haber narrado su última aventura en "Batman: El Regreso del Señor de la Noche". El proyecto, obviamente, no salió adelante, y finalmente fué Nolan el encargado de realizar el nuevo film (que toma algunos elementos argumentales de "Batman: Año Uno"). Del film de Aronofsky no ha quedado más que varios borradores de un guión y los bocetos del estudio de producción. Del análisis del material que se creó, es bastante comprensible que los productores no dieran luz verde al proyecto: Aronofsky pretendía llevar a Batman a su mundo particular y realizar un film muy distinto del que todos, tanto público como productores, estaban esperando. Habría sido un film que sin duda habría indignado a los fans acérrimos y confundido a los aficionados casuales, y que posiblemente habría resultado un considerable fracaso de taquilla. Pero también, a juzgar por el guión que Aronofsky firmó junto con Miller, habría sido una película rompedora respecto a la forma de llevar el género de superhéroes a la gran pantalla, una visión totalmente personal del mito del Hombre Murciélago y un film de culto que con el tiempo se habría ido revalorizando hasta alcanzar la categoría de clásico.

Para quien no tenga el placer de conocerlo: Aronofsky es un director que nos sorprendió desde su primera película, la muy peculiar y fascinante "Pi", y que se consagró con "Réquiem por un Sueño". Recientemente hemos podido ver en nuestras pantallas su última cinta, "La Fuente de la Vida", un proyecto de tortuosa y complicada gestación pero que ha terminado por ser una de las películas de ciencia-ficción más hermosas que recuerdo haber visto. No es Aronofsky un director que le ponga facilidades al espectador. Por el contrario, exige un mínimo esfuerzo para entrar en su mundo de belleza oculta y pasiones atormentadas. No es, desde luego, el autor en el que uno pensaría al plantearse la dirección de una película de superhéroes. Por ello, no es de extrañar que la idea que el director tenía para "Batman: Año Uno" fuera mucho más cercana a una cinta de género negro que a una de género superheroico.

No he podido leer el guión de Aronofsky y Miller (Aunque me encantaría poder hacerlo), así que lo que sigue está basado en reseñas del guión, especulaciones y rumores. Estamos hablando de una película que nunca existirá, así que no hay porqué ser cautelosos al tratar de imaginar lo que pudo haber sido.

La película empezaría con el asesinato de los padres de Bruce Wayne frente a él, cuando es solo un niño, a la salida de un cine, lo que constituye el hecho definitorio del Hombre Murciélago. A partir de ahí, la historia toma derroteros muy distintos a lo que estamos acostumbrados. El crío huye traumatizado de la escena del crimen y es encontrado muy lejos de allí por dos mecánicos de automoción, llamados "Big Al" y "Little Al". Este último, creyendo que el joven Bruce es un vagabundo, le toma bajo su tutela de forma bastante poco legal. El joven Bruce crece hasta convertirse en adulto bajo la supervisión de los dos "Al"s y trabaja junto a ellos en el taller de coches, situado en la zona mas deprimida de Gotham City. Mientras crece, el Bruce se entrena como boxeador en un gimnasio del barrio y trata de contener su amor platónico por una de las prostitutas que malvive en un burdel cercano al taller. La prostituta, lo habréis imaginado, se llama Selina Kyle, y dejará las calles para pasar a dedicarse al robo con escalo. Con la ayuda de "Little Al" (Que sería una versión negra y de clase trabajadora de Alfred, el mayordomo), acaba por descubrir quien asesinó a sus padres. No se trató de un acto de violencia gratuita, ni de un simple robo, sino de una conspiración que alcanza desde el cuerpo de policía hasta el mismísimo alcalde de la ciudad. Empleando una estación de metro abandonada bajo el taller como su guarida (La "Bat-Cueva") Bruce se decide a llevar a cabo su venganza. Para ello emplea los medios a su alcance, desde una copia ajada del "Libro de Cocina del Anarquista" hasta un “cadillac” trucado con motor de autobús que emplea para recorrer las calles de la ciudad en busca de malhechores (El equivalente al "Bat-Movil"). Uno a uno, va acechando y eliminando a todos los responsables de la muerte de sus padres, dejando como marca en sus víctimas el sello del anillo de su padre, con el anagrama "WT". Es esta marca la que le gana el sobrenombre, en los medios de comunicación, de "Batman" (Supuestamente el anagrama tiene una forma que recuerda a la de un murciélago). En su venganza contará con la ayuda del único policía honrado del cuerpo de policía, James Gordon (Que en el guión llega a tener incluso más protagonismo que Bruce Wayne). Finalmente, Bruce decide emplear su propia leyenda en su favor y se hace un traje que le da el aspecto de un murciélago terrorífico (al parecer, muy distinto al traje de los comics), justo antes de su asalto final contra la cúpula del corrupto gobierno de Gotham City.

La película finalizaría con el nombramiento de Gordon como comisario y la salida a luz pública de Bruce Wayne, de quien todos creían que había muerto junto a sus padres.

Como puede verse, una historia muy distinta a la de los comics, pero que tenía muchísimas posibilidades a manos de un creador como Aronofsky. El director incluso se había planteado rodar la película en blanco y negro, para darle un aire más tenebroso. Uno de los candidatos a interpretar a Batman era Christian Bale, que acabó interpretándolo en el filme de Nolan. En la entrevista que tuvo con Aronofsky, Bale todavía no se había recuperado de la extrema delgadez que lució en "El Maquinista". Lejos de considerarlo un impedimento, Aronofsky se quedó fascinado con el físico demacrado de Bale y le pidió que solo subiera de peso lo estrictamente necesario para mantener la salud. Quien sabe lo que hubiera salido de este proyecto, pero seguramente habría sido una película digna de ser vista. A mi, particularmente, me encantaría verla alguna vez aunque sea en forma de comic (Como Aronofsky hizo con "La Fuente de la Vida" cuando creía que no iba a poder filmarla). Hasta que llegue ese momento, si es que llega algún día (lo dudo mucho), solo nos queda imaginar. Mal que nos pese, el "Batman: Año Uno" de Darren Aronofsky será por siempre una de esas películas cuya inexistencia vuelve obras maestras, pues no hay película mas perfecta que la que nosotros mismos rodamos dentro de nuestras cabezas.

© 2008, Juan Díaz Olmedo

Publicado por Juan Díaz Olmedo en 12:34 0 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Cine, Comic

70 Años de un Mito Contemporáneo

martes, 10 de junio de 2008


Hace aproximadamente setenta años que apareció el número 1 de Action Comics, en el que debutaba un personaje que cambiaría el mundo del comic para siempre y que crearía el primer género propio del medio de las viñetas. Inspirado principalmente en personajes del pulp (Que ya tenía su notable tradición de "Hombres Misteriosos") y principalmente en la novela "Gladiator" de Philip Wylie, los jóvenes Joseph Shuster y Jerry Siegel crearon a un personaje de fuerza y resistencia sobrehumanas, el último superviviente de la destrucción de un lejano planeta, que habitaba en la Tierra bajo una falsa identidad humana y que empleaba sus poderes para defender a los desfavorecidos frente a las injusticias de los poderosos.

No fue esa la primera idea de Siegel y Shuster. En un principio, Superman iba a ser un villano, el primero de una estirpe destinada a conquistar el mundo y someterlo a su tiranía. Y solo un heroico científico sería capaz de hacerle frente. Esta obra, titulada "El Reinado de los Superhombres", no tuvo apenas resonancia comercial. Con el tiempo los dos jóvenes creadores fueron refinando su idea y acabaron decidiendo que el ser superpoderoso debía ser el héroe. En un principio los editores tuvieron poca fe en la nueva creación, pero el éxito de la historieta fue casi inmediato. En aquellos primeros números, el personaje era algo distinto del que estamos acostumbrados. Superman carecía de algunos de sus poderes más característicos. No podía volar (Se desplazaba dando grandes saltos), ni se movía a supervelocidad, ni tenía los distinto tipos de visión especial con el que los sucesivos guionistas le fueron dotando (telescópica, rayos x, calorífica, etc.). Ni siquiera era completamente invulnerable, por lo que tampoco existía una kryptonita que le hiciera perder los poderes.

En estos 70 años el personaje ha pasado por las manos de cientos de guionistas y ha sido recreado en decenas de distintas versiones. Los creadores originales, en un acuerdo bastante injusto (pero habitual en la época) perdieron sus derechos sobre el personaje (y no los recuperaron hasta hace bien poco). El resto de guionistas fueron alterando poco a poco al personaje original, aportando nuevas situaciones y personajes secundarios, alterando las capacidades y poderes del campeón de krypton. De un personaje algo brusco (que no tenía reparos en matar) y denominado como "campeón de la clase trabajadora", Superman evolucionó poco a poco hasta convertirse en el "boy scout" definitivo, un personaje definido por su bondad, por su optimismo y, sobre todo, por su heroísmo, entendido este como la capacidad de correr riesgos y sacrificarse por los demás. En esta peculiaridad, tan criticada por muchos, radica a mi juicio la principal fuerza del personaje en cuanto a criatura de ficción. Superman representa algo que ya casi no se encuentra en la ficción contemporánea: Un héroe completo, un personaje sin fisuras, alguien con una fuerza moral a prueba de bomba. Alguien que podría dominar el mundo con facilidad, que podría imponerse a los simples mortales y conseguir lo que quisiera, pero que prefiere, por propia iniciativa, usar sus poderes solo para luchar por aquello que considera justo, para defender a aquellos que no pueden defenderse por si mismos. El resto de personajes que surgieron a la zaga de Superman, y que han constituido el género de los superhéroes, siempre han tenido al último hijo de krypton como el principal referente, ya sea para imitarlo o para intentar alejarse e él (Como ocurrió con los personajes de la compañía Marvel).

Algo que no debe pasarse por alto es que Superman, junto con la mayoría de los superhéroes, fueron creados originalmente para un público infantil-juvenil. La influencia pedagógica de esta especie de dioses griegos de andar por casa no puede ignorarse. Recuerdo que, de pequeño, siempre quise tener superpoderes, al igual que la mayoría de mis amigos. Y no los queríamos para aprovecharnos de las ventajas de que nos acarrearían, sino para ayudar a la gente y luchar contra las fuerzas del mal, como nuestros héroes de comic. Estos personajes poliédricos (Con miríadas de visiones creadas por cientos de guionistas) tienen más de un punto en común con las mitologías de las eras pasadas. Constituyen, por sus propios méritos, una auténtica mitología del siglo XX, historias entrecruzadas que no son sino una versión popular y modernizada de los cuentos morales que han servido como herramienta pedagógica a los pueblos de este planeta desde el principio de la humanidad. Olvidemos las amarillentas conclusiones de psicólogos malintencionados: Los comics de superhéroes, en la mayoría de los casos, ofrecen una visión optimista de la humanidad que siempre es necesaria, aunque sea como refugio frente a lo injusta que puede llegar a ser la realidad, como recordatorio exagerado y fantástico de todo el bien del que somos capaces los seres humanos. Ese es el motivo por el que, a mis años, sigo leyendo comics de superhéroes: Para reconciliarme con la especie humana a través de historias divertidas y emocionantes.

Los cínicos años 90, plagados de anti-héroes violentos y nihilistas, estuvieron a punto de hundir a nuestro héroe de rojo y azul. Sus guionistas llegaron a matarlo, en una historia que constituyó una crítica a las corrientes de la ficción en aquellos tiempos y, en una menor medida, de la falta de auténticos héroes, de personajes que mereciera la pena imitar. Por supuesto, no fue más que una argucia. El héroe volvió, tras habernos enseñado como sería un mundo sin él y sin nadie que continuara su legado.

"Es un pájaro..." un excelente comic autobiográfico de Steven Seagle, supone una reflexión sobre el significado de Superman como abstracción, como idea mitológica. Como le ocurre a Seagle, para mi Superman siempre ha sido un símbolo de esperanza: Por muy mal que vayan las cosas, el ser humano siempre prevalecerá.

Cuando veáis algo en el cielo que no reconozcáis, lo más lógico y racional es pensar que se trate de un pájaro, de un avión o de algún otro artilugio volador. Pero nunca es mala idea susurrar en el oído de un niño (Como hace Seagle en el precioso final de su comic) que eso que ven arriba en el cielo es un héroe imparable de capa roja.

Bibliografía selecta:

"Es un pájaro..." de Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen: Un guionista de comics recibe el encargo de guionizar a Superman. Al mismo tiempo, debe enfrentarse al diagnóstico de una enfermedad implacable. Una historia sobre el significado de Superman y sobre como los mitos de la infancia nos siguen influyendo incluso en la madurez.

"Superman: Legado" de Mark Waid, Leinil Francis Yu y Gerry Alanguilan: Una versión actualizada del origen Superman, adaptando una historia conocida por todos a nuestro tiempo y presentándola con una excelente calidad gráfica.

"Superman: Rojo" de Mark Millar, Dave Johnson y Kilian Plunkett: De pequeño, a Mark Millar su padre le dijo que el Superman que estaba dibujando representaba el imperialismo americano, así que el niño, para complacer la ideología comunista de su padre, cambio la "S" del pecho del héroe por la hoz y el martillo. Años después, Millar, guionista de comic y comunista, nos presenta una versión alternativa del Superman, cambiando Kansas por Ucrania y Estados Unidos por la Unión Soviética. Una de las mejores versiones alternativas de Superman, demostrando que es un personaje que trasciende los localismos y las ideologías.

"Superman: Identidad Secreta" de Kurt Busiek y Stuart Immonen: El matrimonio Kent, de Kansas, decide llamar a su hijo Clark, como el personaje de comic. El joven Clark crece odiando el personaje con el que comparte el nombre, hasta que, una noche, descubre que tiene los mismos poderes que el mítico Superman. Todos, menos uno: La inmortalidad. Las etapas de la vida, las distintas identidades y los distintos rostros de un hombre en una de las historias más hermosas que se han creado alrededor de la figura de Superman.

"Lex Luthor: Hombre de Acero" de Brian Azzarello: La visión desde el otro lado. ¿Como ve Lex Luthor su eterna lucha contra Superman? ¿Y si las cosas no fueran tan claras como habíamos creído? Una inquietante historia en la que el villano se nos muestra como héroe y el héroe como amenaza.

Los comics de Superman son publicados actualmente en España por Planeta de Agostini.


© 2008, Juan Díaz Olmedo

Publicado por Juan Díaz Olmedo en 12:13 1 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Comic

Orígenes del Mito Vampírico

domingo, 1 de junio de 2008


Imaginemos un pequeño poblado de una época remota. Puede estar en Centro Europa, en la región que ahora conocemos como Rumanía, o en la actual Hungría. También podría estar más hacia el este, penetrando ligeramente en Asia. La época podría ser cualquiera, desde la antigüedad hasta la edad de la ilustración.

Un habitante del poblado muere por causas desconocidas. No ha sido atacado por un animal, no ha tenido ningún accidente trabajando en el campo. Ni siquiera ha muerto de anciano. Se ha ido consumiendo poco a poco, como si algo le hubiera estado robando las energías, y finalmente ha muerto. Los habitantes del poblado, confundidos, entierran al difunto y tratan de encontrar alguna explicación para su muerte. Recordemos que estamos hablando de mentalidades pre-científicas, personas que razonan de una forma mítica. Dios (o los dioses, o la Madre Diosa, o quien quiera que sea la figura principal de la religión del lugar) no es una simple abstracción para los habitantes del poblado: Es una criatura tan real como los animales que ven cada día, como sus familiares, como el señor al que pertenecen las tierras que aran y al que deben ofrecer tributo. Y al igual que existe Dios para ellos, también existe su enemigo, el Diablo. Para los habitantes del poblado, todas esas criaturas que supuestamente habitan el bosque cuando ha caído la noche y que ellos solo son capaces de entrever son siervos del Maligno, y no desean más que llevar la muerte y el caos allá por donde pasan.

Días después, uno de los familiares del difunto afirma que se le ha aparecido durante la noche. Hoy en día comprenderíamos lo que ha ocurrido. El familiar tenía al difunto en sus pensamientos, y por eso lo ha visto en un sueño especialmente vivido. Pero, para los habitantes del poblado, si una persona dice que ha visto a un muerto durante la noche es porqué lo ha visto, porqué hay en juego fuerzas más allá de lo que alcanzan a comprender. Para sorpresa y horror de todos los presentes, el familiar del difunto (Posiblemente su propia esposa, o uno de sus hijos) comienza a consumirse al igual que lo hizo el muerto que se la aparecido. Pocos días después, el familiar ha muerto. Y ahora es otro de los miembros de la familia quien empieza a dar muestras de debilidad. Los síntomas son los mismos. Para los habitantes del poblado la cosa está muy clara: El muerto es el responsable del fallecimiento de sus familiares. También está claro que hay que hacer algo para detenerlo.

Desde una perspectiva actual, es fácil comprender que estaba ocurriendo en realidad. El difunto había muerto de alguna enfermedad, transmitida de una forma que era completamente desconocida para gentes que ignoraban la existencia de las bacterias y los virus. Quizás el origen de la enfermedad se provocase por el contacto con algún animal, y el cadáver original mostrara mordiscos o picaduras. El portador original de la enfermedad trasmitió su mal a quien tenía más cerca: A sus familiares. El contagio a los familiares pudo producirse días después del contagio original, de ahí que los síntomas de la familia se manifiesten solo cuando el portador original ha muerto.

Pensemos ahora que los habitantes del poblado toman la decisión más lógica: Hay que desenterrar el féretro del muerto y abrirlo para averiguar si es él realmente el causante de las muertes que se están produciendo en el pueblo. Quizás por aquel entonces los contagios se han extendido fuera del núcleo familiar, y la psicosis consiguiente ha logrado que muchos de los habitantes del poblado hayan visto al muerto durante la noche, en sueños que confunden con la vigilia. Un grupo de padres de familia, acompañados posiblemente por el sacerdote de la parroquia local, acuden de noche al cementerio y cavan de nuevo la fosa. Cuando abren el féretro, lo que ven les resulta aterrador. El cadáver presenta un aspecto sonrosado, increíblemente sano, como si las secuelas de la enfermedad hubieran desaparecido. El cuerpo está semi sumergido en unos dos o tres centímetros de sangre, que parece surgir de las comisuras de su boca. Los dientes del muerto han crecido desde que lo enterraron, al igual que sus uñas. No hay duda, el muerto ha sido el causante de los misteriosos fallecimientos. Les ha robado la sangre a los habitantes del pueblo hasta matarlos. Ha robado tanta sangre que ha rebosado de su interior. Pero, ¿como se puede matar a un muerto? A uno de los hombres reunidos para tan macabra tarea pudo ocurrírsele esta idea: Quizás haya que clavar el muerto al suelo, para que no pueda salir del interior del féretro. Una buena estaca de madera puede servir para tal propósito. Los hombres ponen la punta de la estaca sobre el pecho del difunto y la golpean para clavársela. Entonces ocurre algo que termina de aterrarlos para el resto de sus vidas: El muerto reacciona con un gemido de dolor, da un respingo como intentando escapar pero de inmediato vuelve a sumirse en el sueño eterno. Completamente horrorizados, pero sabiendo que están haciendo lo correcto, los hombres terminan de clavar la estaca. Quizás le corten la cabeza al difunto, o pongan ese ajo que la partera siempre recomienda para alejar a la muerte en su boca, o a su alrededor. Quizás el sacerdote diga que todo es obra del Maligno y deposite una hostia consagrada o un crucifijo sobre la tapa del féretro, para asegurarse de que el difunto nunca saldrá de allí, ni siquiera en forma de espíritu que pueda colarse bajo las puertas de las casas y no se refleja en los espejos.

¿Que ha ocurrido realmente? Nada que no pase en cualquier proceso de descomposición de un cuerpo humano. Es algo totalmente normal que, en las primeras fases de la descomposición, la sangre sea expulsada del cuerpo, normalmente por aberturas existentes como la boca. Los gases de la descomposición tienen la facultad de hinchar el cuerpo provocando el aspecto hinchado y sonrosado. La piel ha comenzado a encoger, al igual que las encías, de ahí que los dientes y las uñas parezcan haber crecido. Pero, ¿y la sobrenatural reacción del cadáver? Algo también perfectamente normal. Son los gases de la descomposición de nuevo los culpables de este efecto. El atravesar el cadáver con una estaca provocaría un escape violento de los gases por el camino más rápido. Ese camino puede pasar por la garganta, originando un grito inarticulado. También provocaría una convulsión en el cuerpo.

El resto es fácil de comprender. La historia se extiende a las aldeas y poblados cercanos, y de allí al resto del país. Pronto comienza a hablarse de otros casos, en otros poblados. La transmisión oral va adulterando la historia: Hay donde, en lugar de una estaca de madera, se habla de una piqueta de hierro clavada en la frente del difunto. Hay quien dice que es necesario quemar el cadáver a posteriori, o quien afirma que el cuerpo culpable de tanto dolor fue localizado con la ayuda de un caballo blanco. Así, lo que no fue sino un suceso incomprensible para personas que vivían en una época más sencilla y más ignorante acabó convertido en un mito que ha llegado a nuestros días y que sigue siendo capaz de fascinarnos.

© 2008, Juan Díaz Olmedo

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Etiquetas: Artículos, Vampirismo

Southland Tales, de Richard Kelly

lunes, 26 de mayo de 2008


Título Original: Southland Tales
Director: Richard Kelly
Guión: Richard Kelly
Intérpretes: Dwayne "The Rock" Johnson, Seann William Scott, Sarah Michelle Gellar, Justin Timberlake, Wallace Shawn, Miranda Richardson, Mandy Moore, Kevin Smith, John Larroquette, Jon Lovitz
País: Estados Unidos
Año: 2007


"Así es como termina el mundo. No con un gemido, sino con una explosión."

En 2005 un grupo terrorista consigue introducir una bomba nuclear en el territorio de los Estados Unidos a través de la frontera con México. La ciudad de Abilene, en Texas, es totalmente destruida y casi 200.000 personas mueren a consecuencia del atentado. Lo que hasta ese momento solo era un conflicto focalizado en Irak se convierte en la Tercera Guerra Mundial. El gobierno toma el control de internet y el batiburrillo de agencias estatales americanas es integrado en un solo conglomerado (UPU) dirigido por un "think-tank" llamado USIdent. Mientras tanto, un sabio alemán que va siempre acompañado por una siniestra corte de personajes excéntricos ha descubierto como transmitir la energía de las mareas a todas partes mediante la aplicación de las teorías de Tesla. Su experimento tiene consecuencias inesperadas y se abre una brecha en el continuo espacio-temporal con la forma del estado de Texas. Un actor de cine de acción vinculado al partido republicano despierta amnésico en el desierto, cerca de la citada brecha, y es rescatado por un célula rebelde neo-marxista de la que también forma parte una actriz porno con poderes psíquicos que ha escrito en un guión una serie de sucesos que llevarán el mundo a su fin. La misma célula convence a un ex-combatiente para que suplante a su hermano gemelo para provocar un escándalo político que evite la elección del candidato republicano en las elecciones. Desde el asiento de un cañón antiaéreo, un antiguo actor de moda que ha vuelto de Irak con el rostro deformado por el "fuego amigo" vigila todos estos sucesos y encuentra en lo que está ocurriendo inquietantes similitudes con lo relatado en el libro del Apocalipsis.

Southland Tales es una película fallida. Este proyecto de Richard Kelly (Su segunda película como director, después de la estimable "Donnie Darko") peca de ambicioso en casi todos los factores posibles. Lo narrado en la película constituiría los capítulos 4,5 y 6 de la historia total. Los tres anteriores fueron narrados en forma de un comic publicado anteriormente al estreno de la película. Y no, el comic no es solo un preludio prescindible. Diría que es casi necesario haberlo leído para entender algo de lo que ocurre en el film. Yo he tenido la oportunidad de leerlo a posteriori, y es ahora cuando comienzo a comprender parte del argumento. Aún así, la película consta de demasiadas tramas cruzadas, narradas de forma confusa, sin que en ningún momento se nos aclare nada de lo que está ocurriendo. El supuesto tono de comedia satírica se ve completamente lastrado por una puesta en escena de aire melancólico, así que cuando los momento pretendidamente cómicos suceden el resultado es más desconcertante que hilarante. La mayoría de los actores (casi todos ellos interpretando a versiones distorsionadas de ellos mismos) están mal dirigidos, y parecen estar igual de confusos respecto al argumento del film que el espectador. No dudo que el montaje al que fue forzado Richard Kelly para lograr el estreno del film haya contribuido a toda esta confusión (Se eliminaron 25 minutos del metraje total, que ha quedado en 144 minutos), pero aún así su origen está en el guión, no en las vicisitudes del rodaje.

Sin embargo, la película tuvo la facultad de mantenerme entretenido durante todo su dilatado metraje. Hay algo casi hipnótico en lo que se nos está contando, y el tono general del film (Esa melancolía sutil que tan buen resultado daba en "Donnie Darko" y que al parecer se está convirtiendo en una de las marcas de fábrica de Kelly) le da a toda la historia una dimensión casi onírica. Es como si estuviéramos en medio de un sueño en el que se nos bombardeara con ideas y conceptos de forma continua. El origen de la fascinación que provoca el film está en lo que se nota detrás de su argumento y de su complicada producción, la promesa incumplida de una película que podría haber sido una auténtica revolución en el mundo de la ciencia-ficción fílmica si su autor hubiera sido capaz de contener su propia creatividad y sus ambiciones. El fresco de un mundo alternativo que nos presenta Kelly es algo que pocas veces habíamos visto antes en el cine, algo más parecido a las novelas de Phillip K. Dick que a los productos que suele ofrecernos Hollywood. Así pues, "Southland Tales" se nos presenta como un hermoso desastre en cuya caótica estructura podemos distinguir las trazas de ese otro film que no pudo llegar a ser.

Puede que con el tiempo "Southland Tales" puede ser, al menos en parte, redimida mediante algún montaje del director. Si ese momento llega, quizás esté gargantuesco proyecto se convierta en un film de culto. Mientras tanto, lo único que tenemos es un film pretencioso producto de un autor con talento pero, al parecer, incapaz de ver sus propias limitaciones como narrador.

"Southland Tales" fue estrenada en Estados Unidos en Noviembre del 2007 de forma limitada, resultando un fracaso comercial y crítico. Dudo que la veamos alguna vez en las pantallas españolas, pero todo aquel que sienta curiosidad puede conseguirla por los canales "alternativos" habituales.

© 2008, Juan Díaz Olmedo

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Etiquetas: Artículos, Cine

Diary of the Dead, de George Romero

martes, 20 de mayo de 2008


Título Original: Diary of the Dead
Director: George A. Romero
Guión: George A. Romero
Intérpretes: Shawn Roberts, Joshua Close, Michelle Morgan, Joe Dinicol, Phillip Riccio, Scott Wentworth, Tatiana Maslany
País: Estados Unidos
Año de Producción: 2008


Quizás deba aclarar como anticipo a esta crítica que no soy para nada "fan" de George Romero. Si bien "La Noche de los Muertos Vivientes" me parece una auténtica obra maestra, el resto de los films del autor de Pittsburg me parecen afectados de una realización realmente chapucera y con argumentos que se pierden en pretensiones de trascendencia olvidando los elementos más básicos de una buena historia de terror (Por ejemplo, es casi imposible tragarse a los torpes y casi inmóviles muertos vivientes de "Zombi/Dawn of the Dead" como una amenaza creíble, cuando incluso los saqueadores se divierten estrellándoles tartas en la cara). Para mi Romero solo tiene el mérito de haber sido uno de los originadores (no el único) de una de las mitologías que más juego ha dado en el terror moderno, pero que ha alcanzado su mayor expresión a manos de otros creadores, y en fechas bastante recientes (Como mejor ejemplo, en el excelente "remake" de "Amanecer de los Muertos" dirigido por Zack Snyder, que supera a la original en todos sus aspectos).

Pese a esta posición de partida, reconozco que mis expectativas eran bastante buenas a la hora de encarar la última película de este director. El fenómeno del documento falso empleado como recurso para lograr la suspensión de incredulidad necesaria para implicar emocionalmente al espectador siempre me ha resultado más que interesante, y tras haber disfrutado de la excelente "[REC]", que emplea un recurso similar y con un argumento más que relacionado, esperaba que la aportación de Romero al menos me hiciera pasar un buen rato. Desgraciadamente, mis expectativas estaban más que equivocadas.

En "Diary of the Dead", George Romero vuelve al inicio de su saga de los muertos vivientes, a un mundo que acaba de descubrir que los muertos, por algún motivo no explicado, están volviendo a la vida con ansia de devorar carne humana. En este escenario, un grupo de estudiantes de cine ,que casualmente se encontraban grabando una película de terror, deciden abandonar su residencia del campus y volver a sus respectivos hogares, acompañados por el profesor que les estaba supervisando el proyecto. La historia es narrada mediante las grabaciones que realizan los mismos estudiantes en cámaras de video y también mediante aportaciones de otras fuentes como cámaras de seguridad y videos descargados de internet.

Al contrario de lo que suele ocurrir cuando se emplea el recurso de documento falso, la película no adopta la forma de "documento encontrado", sino que se presenta como un documental montado por uno de los personajes a posteriori, en base a todo el material grabado. Como primer signo de que Romero, al parecer, no entiende de que va eso de la suspensión de incredulidad, la voz en off de la introducción nos avisa de que "se ha añadido música de miedo a las imágenes", sin presentar una justificación sobre porqué se ha hecho eso. Y si, el resultado es tan ridículo como suena en papel. Pero esto no es lo peor. Lo peor de la película es que las supuestas imágenes sacadas de cintas de video amateur, de cámaras de seguridad o incluso de un teléfono móvil tiene todas textura y resolución de imágenes de cine. Esto termina de destrozar por completo el efecto de "realidad falsa" de la película. Y la forma de actuar de los personajes, que oscila entre lo absurdo y lo sencillamente idiota, ayuda a sacarnos más aún de la historia que se nos está contando. Casi ninguno de los personajes tiene carisma suficiente como para que nos preocupemos por él (a excepción quizás del profesor) por lo que, para colmo de males, no nos importa lo más mínimo lo que les ocurra.

A todo esto hay que añadir la inclusión de algunas escenas pretendidamente humorísticas que solo provocan desconcierto (hay una cerca del final que implica a un personaje vestido de momia y que es digna de los peores momentos de "La Hora Chanante") e interminables escenas en las que la acción se detiene para que el personaje que supuestamente está contando la historia nos imparta repetitivos sermones sobre lo terriblemente malos que somos los seres humanos. El típico mensaje de las películas de Romero (que el auténtico peligro es el ser humano, no los monstruos) es administrado en esta película con la sutileza de una patada en la cara.

Ni siquiera las escenas gore funcionan en está película. En su mayoría son absurdas en su búsqueda de efectismo, con cuchillas que atraviesan cráneos humanos como si fueran de mantequilla o descargas eléctricas que hacen saltar los ojos de muertos vivientes. También en busca de ese efectismo se dota a los personajes con una habilidad en el uso de todo tipo de armas que roza casi con lo super-heroico (Sobre todo en el caso del profesor, que haría palidecer de envidia al mismísimo Oliver Queen). Llegando al final de la historia, la película incluso traiciona sus propias reglas y hace que un muerto infectado vuelva a la vida instantaneamente, cuando anteriormente se nos ha explicado que debe pasar un tiempo entre la muerte y la resurrección.

En resumen, una película con una idea que podría haber resultado interesante pero que se ve lastrada por las carencias de su idolatrado director. Solo para fanáticos de George Romero y para aquellos que se traguen cualquier cosa relacionada con muertos vivientes.

"Diary of the Dead" aún no ha sido estrenada en España, aunque está planificado su estreno próximamente.

© 2008, Juan Díaz Olmedo

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Etiquetas: Artículos, Cine

Robert Johnson: La leyenda del hombre que inventó la música del siglo XX

domingo, 11 de mayo de 2008


Pocos músicos ha habido en la historia reciente más influyentes que Robert Leroy Johnson, un guitarrista de blues norteamericano que falleció en 1938 a la temprana edad de 27 años. Al mismo tiempo, pocos personajes de la historia de la música son tan misteriosos y han originado tantas leyendas como este bluesman de tortuosa vida.

Son poquísimos los detalles que se conocen de la vida de Robert Johnson. Se cree que nació en Hazlehurst, en el sureño estado de Mississippi, alrededor del 8 de Mayo de 1911, siendo el decimoprimer hijo de Julia Mayor Dodds. Su padre, Charles Dodds y su madre ya no se encontraban casados cuando él nació, así que Robert nunca llegó a usar el apellido de su padre, empleando en su lugar el apellido de soltera de su madre. No está claro tan siquiera si el joven Robert llegó a asistir a la escuela. Algunos testimonios de la época aseguran que era analfabeto (Una condición por desgracia muy común entre los negros americanos de aquel entonces) mientras que otras hablan de su excepcionalmente clara y preciosista caligrafía. Una firma especialmente hermosa encontrada en un certificado de matrimonio a nombre de Robert L. Johnson suele emplearse como prueba de la, al menos, básica instrucción del joven Johnson.

No está muy claro tampoco de donde le vino la afición a la música. Son House, un famoso músico afroamericano de blues de aquel entonces, declaró que un jovencísimo Robert Johnson, con conocimientos rudimentarios de guitarra, empezó a seguirlo obsesivamente deseando aprender de él. Conmovido por el interés del joven, House lo tomó como discípulo e intentó enseñarle su propio estilo de guitarra. Fue inútil. El joven Robert Johnson era, según palabras de House, un auténtico negado para la música. Tras recomendarle que se dedicara a otra cosa, sus caminos se separaron. Poco después, Robert Johnson dejó la zona de Robbinsville donde se había criado. Cuando regresó, tiempo después, Robert Johnson era capaz de tocar la guitarra con una habilidad que el mismo Son House calificó de "milagrosa".

¿Que ocurrió durante el tiempo en el que Robert Johnson estuvo lejos de casa? ¿Como consiguió adquirir esa asombrosa habilidad que dejaba asombrados a los músicos mas experimentados? No se sabe lo que ocurrió realmente. Lo que se cuenta es material propio de las leyendas.

Se dice que alguien le dijo al joven Robert Johnson que para conseguir su deseo de ser el mejor músico de blues debía buscar un cruce de caminos y allí esperar hasta que alguien apareciera. Johnson siguió el consejo y, solo con lo puesto y su guitarra, se dirigió a un cruce de caminos cerca de la plantación de Dockery. Allí, a media noche, un hombre de piel tan negra como la noche se apareció ante él y le ofreció un intercambio. Ese hombre oscuro era, por supuesto, el mismísimo Lucifer, y el intercambio consistía en el alma de Robert Johnson a cambio de una habilidad musical asombrosa, sobrehumana, que le permitiera convertirse en el rey del blues del delta del Missisippi. Menos de un año después Robert Johnson ya era considerado el mejor músico de blues de todo el sur de Estados Unidos, y había creado un estilo propio que hacia palidecer al de sus predecesores.

Lo cierto es que leyendas de ese tipo, en las que el diablo se aparecía a alguien y le ofrecía alguna habilidad especial a cambio de su alma, eran muy comunes tanto entre los negros americanos como entre los habitantes blancos del profundo sur. Versiones similares a la leyenda de Robert Johnson existen para explicar la habilidad prodigiosa de violinistas, jugadores de cartas o incluso carteristas. Además, pensemos que en aquella época, al menos a ojos de los ignorantes habitantes blancos del profundo sur estadounidense, todo lo relacionado con los negros tenía una aureola satánica, sobre todo aquella música infernal que tocaban.

Incluso saliéndonos del sur de los Estados Unidos de principios de siglo podemos encontrar leyendas similares asociadas a personajes históricos, como a Nicolás Paganini, del que se decía que tocaba un violín encordado con vísceras humanas y que encerraba las almas de su esposa y su amante, asesinadas como tributo al príncipe de las tinieblas.

Sin embargo, hay algunos detalles de la vida posterior de Robert Johnson que han reforzado la leyenda convirtiéndola en una de las más famosas de la historia musical reciente. En cierta forma, Johnson se comportaba como un hombre maldito. Adoptó un estilo de vida nómada, moviéndose sin parar de un pueblo a otro a lo largo del delta del Missisippi. Parecía, según algunos de sus contemporáneos, que no pudiera permanecer demasiado tiempo en ninguna parte, que hubiera alguna fuerza misteriosa que le impulsara a mantenerse siempre en el camino, siempre pasando por cruces de caminos como aquel en el que consiguiera su habilidad a cambio de su alma. A llegar a un nuevo pueblo, lo primero que hacía Johnson era ponerse a tocar en alguna esquina, preferentemente en las barriadas de mayoría negra, recogiendo las monedas que los viandantes dejaban en su sombrero como si fuera un mendigo. Durante esa actuación improvisada podía surgirle algún contrato algo más sustancioso para esa misma noche. Incluso cuando su fama se había extendido por todo el sur de Estados Unidos, Johnson siguió comportándose de la misma manera, como un vagabundo. Testimonios de la época cuentan que, en una ocasión, Johnson había sido invitado a tocar en un festival de blues. La hora de inicio de su actuación había llegado pero Johnson todavía no había aparecido por el pueblo. Suponiendo que no iba a acudir, el resto de los músicos del festival salieron al escenario a tocar. Hacia poco tiempo que habían empezado cuando Johnson apareció, con arena del camino todavía en sus botas, y sin detenerse en ningún momento subió al escenario, tomó asiento y sacó su guitarra. Dos segundos más tarde, había cogido el hilo del tema que se estaba tocando y comenzaba uno de sus asombrosos solos. Cuando el recital estaba a punto de terminar, Johnson volvió a coger sus bártulos, saludó educadamente al resto de los músicos y al público y abandonó la sala y el pueblo, de nuevo caminando.

El cazatalentos H. C. Speir convenció a Johnson para que grabara su música y aprovechara la entonces naciente industria musical. Solo llegó a grabar dos discos, uno en 1936, en un estudio improvisado en la habitación de un hotel de San Antonio, y el otro en 1937, en Dallas. Entre estos dos discos Johnson grabó solo veintinueve canciones. Su leyenda habla de una trigésima canción que se perdió en algún momento del proceso de conversión de las cintas a discos, y que constituiría una especie de santo grial para los coleccionistas de material discográfico. En estas grabaciones descubrimos a un Robert Johnson de sonido enérgico, con una técnica instrumental tan prodigiosa que Keith Richards, el guitarrista de los Rolling Stones, creyó al escucharlas por primera vez que había más de una guitarra sonando. Se ha llegado a argumentar que el sonido de las grabaciones está acelerado, aunque la mayoría de las pruebas y la simple lógica lo desmiente (Se podría haber acelerado el sonido por accidente en una de las grabaciones, pero es casi imposible que en dos grabaciones separadas por el tiempo y con equipos diferentes se hubiera producido exactamente el mismo accidente y a la misma velocidad).

Como si quisiera fomentar su propia leyenda, Johnson habla en sus canciones de cruces de caminos y de su relación particular con el diablo. Según muchos que le conocieron, cuando hablaba del diablo no se refería al concepto cristiano de Satán, sino al díos Legba, de tradición africana y adorado por cultos afroamericanos como el hoodoo de Nueva Orleans. Si Johnson creía realmente en estos cultos o si sencillamente estaba empleando el folklore de su gente para sus canciones es motivo de debate.

Johnson murió el 16 de Agosto de 1938, en un cruce de caminos cerca de Greenwood, en Mississippi. Esto no hizo más que acrecentar su leyenda negra personal. Hay varias versiones sobre la causa de su muerte, pero casi con total seguridad se debió a un envenenamiento por estricnina, provocado por un marido celoso.

Su vida había acabado, pero la influencia de su música estaba a punto de comenzar. En los siguientes veinte años, pocos artistas afroamericanos recordaron siquiera el nombre de Robert Johnson. Para ellos había sido poco más que una estrella fugaz, alguien que había brillado durante un corto periodo y que al desaparecer no había dejado nada tras él. Pero las grabaciones de Johnson y su sonido enérgico y de ritmo acelerado tuvieron una influencia radical en los músicos de blues blancos, que de inmediato se convirtieron en los herederos de su legado. Con la influencia de Johnson, el primitivo blues del delta del Missisippi pasó a convertirse en otra cosa, en algo que un día, mucho tiempo después, un locutor radiofónico bautizó como rock and roll.

Ha sido denominado "El músico de blues mas importante de la historia", y "El padre del rock and roll". Bajo ese último nombre es homenajeado en el Rock and Roll Hall of Fame. Robert Plant, de Led Zeppelin, dijo en una ocasión que todos los músicos de rock le debían su existencia a Johnson. No deja de ser poéticamente apropiado que una música que desde siempre ha sido considerada "demoníaca" por los sectores mas reaccionarios fuera originada por alguien que vendió su alma al diablo. Cada vez que escuchamos un disco de rock, de pop, de punk o de cualquiera de las ramas en las que la música de influencia americana ha ido dividiéndose a lo largo de los años, no estamos oyendo sino los ecos de la guitarra de un enigmático músico vagabundo del delta del Missisippi.

© 2008, Juan Díaz Olmedo

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Etiquetas: Artículos, Música

Lenore, la Linda Chica Muerta, de Roman Dirge (Lenore, the Cute Little Dead Girl)

lunes, 5 de mayo de 2008



“A dirge for her he doubly dead in that she died so young”
Lenore, Edgar Allan Poe (1831)

Vampiros atrapados en muñecos de peluche, gnomos con problemas de superpoblación, mariquitas obsesionadas en vengar afrentas del pasado, demonios con mentalidad de funcionario aburrido y una lindísima niña zombi totalmente inconsciente del rastro de caos, destrucción y muerte que va dejando a su paso son solo algunos de los ingredientes de un desquiciado comic que cierto personaje extravagante llamado Roman Dirge comenzó a publicar allá por 1992.

En un principio, solo iba a ser una historieta de relleno, apenas seis páginas para un fanzine llamado “Xenophobe” ideado para a ser un escaparate para el comic alternativo que se estaba haciendo en San Diego por aquella época. Roman Dirge era el editor de aquel fanzine, y presionado por las fechas de entrega y sin poder encontrar a nadie que cubriese el hueco, se puso el mismo a crear la historieta durante una larguísima noche en vela (Las noches en vela dibujando comics bajo la influencia de exceso de cafeína y la falta de sueño parecen ser una constante en la carrera de Roman Dirge). En la historieta de aquel fanzine aparecían ya dos de los personajes mas importantes del comic, envueltos en una situación que con el tiempo se ha vuelto clásica: El pobre Mr. Gosh (trasunto depresivo, enfermizamente romántico e inasequible al desaliento del mismísimo hombre elefante) intentaba una y otra vez expresarle su incondicional amor a la dulce Lenore, solo para ser brutalmente rechazado en cada intento en escenas de un gore delirante.

Como suele ocurrir en estos casos, el comic de Dirge resultó ser uno los mas exitosos del fanzine. También como suele ocurrir en estos casos, “Xenophobe” acabó cerrando tras haber publicado la friolera de seis números. Lenore y compañía se habian quedado sin hogar por primera vez, pero pronto fueron acogidos en las páginas de otro fanzine, en este caso “Black Market Magazine”. El éxito fue tal que, en una convención para autores y editores de comic, Dirge recibió la oferta de convertir a Lenore en un comic profesional. Saltamos a febrero de 1998, donde aparece el primer número de Lenore, publicado por Slave Labor Graphic.

En las primeras historietas de Lenore el dibujo es todavía tosco y poco detallado, más parecido a los garabatos de un niño algo enfermizo que un trabajo profesional para un comic. Los guiones tampoco es que fueran gran cosa, poco más que situaciones destinadas desde la primera viñeta a terminar como el rosario de la aurora. Pero, aún así, ya brillaban en sus páginas los elementos que han conseguido encandilar a miles de lectores devotos (Entre los que puede contarse un servidor): Un humor negrísimo, rozando en el gore, indiscriminadamente cruel, mezclando con una ternura infantil que nunca llega a acercarse siquiera a la cursilería. Número a número, Dirge fue mejorando su dibujo, añadiendo nuevos personajes y desarrollando guiones más elaborados. Junto a las aventuras de Lenore y compañía, aparecen en el comic otras historietas independientes que comparten el mismo humor psicopático de las historias principales, y que suelen tratar de perversiones en tono gore de cuentos de hadas o de rimas infantiles. Por si esto fuera poco, el bueno de Dirge incluye también algunas notas biográficas (Adecuadamente tituladas “Cosas sobre mí”) en las que cuenta sin ningún pudor las anécdotas más sorprendentes (y embarazosas) de su vida.

Los ocho primeros números de Lenore fueron recopilados en dos tomos titulados “Noogies” y “Wedgies”, incluyendo extras como páginas en color e historietas de artistas invitados (Entre los que se encuentra Jhonen Vasquez, autor de la también excelente “Johnny El Maniaco Homicida”). Estos dos tomos están compuestos por historietas independientes que conforman una levísima continuidad. Como muestra del tipo de historias relatadas, repasemos la galería de personajes:

- Lenore: Una adorable y bondadosa niña que murió a temprana edad y que, por motivos poco claros, sigue viviendo en forma de zombi. Como tal, es totalmente inmortal e incapaz de sentir dolor. El problema es que tiene la costumbre de comportarse con los demás como si esas cualidades fueran comunes, lo que suele acabar provocando la muerte (de la forma más cruel y dolorosa) de los pobres infelices que se crucen en su camino. No está muy claro si la pequeña Lenore es realmente consciente del destino último de todos esos pobres desgraciados. Vive en una casita moderadamente terrorífica que comparte con…

- Ragamuffin: El espíritu de un terrorífico vampiro atrapado por una maldición gitana en el interior de un pequeño muñeco de peluche mal remendado. Durante el siglo XIX el vampiro Ragamuffin asesinó, bebió la sangre y devoró la carne de la hermana de una hechicera gitana. Ella fue la que le maldijo a quedar atrapado en la forma de muñeco de peluche hasta que pudiera volver a probar la sangre. La pequeña Lenore lo encuentra en un baúl, medio destrozado, y al ir a remendarlo se pincha un dedo con una aguja. Una gota de sangre del pinchazo cae sobre Ragamuffin, que de inmediato recobra la vida y se lanza sobre Lenore para morderla en el cuello. Por desgracia para el vampiro, al haberse alimentado de alguien que estaba embalsamado la maldición no desaparece y tiene que permanecer en forma de muñeco de peluche por el resto de la eternidad. Afortunadamente no tarda en acostumbrarse a su nueva (y adorable) condición.

- Mr. Gosh: Un chico con elefantiasis que cubre su rostro con una máscara y que está perdidamente enamorado de Lenore. Al principio la pequeña zombie es indiferente a sus atenciones (se limita a liquidarlo cada vez que lo ve sin darse cuenta, por accidente) pero pronto la indiferencia se convierte en odio. Por algún motivo no explicado, Mr. Gosh parece ser tan inmortal como Lenore, siendo es asesinado una y otra vez para volver inmediatamente a la vida y seguir suplicando por las atenciones de su amada.

- Taxidermia: Un personaje misterioso e inquietante, elegantemente vestido de negro y con cabeza de alce disecado. Su aspecto es tan terrorífico que incluso Lenore se siente intimidada en su presencia. Al parecer su aspecto se debe a algún tipo de experimento médico que salió mal. Es vecino de Lenore y, aunque no interactúan mucho, a veces es invitado por esta a tomar el té.

El segundo tomo finaliza con una historia en la que un enviado del más allá aparece en nuestro mundo para llevarse a Lenore de vuelta al mundo de los muertos. La historia narrada en los cuatro números siguientes (recopilados en un tomo llamado “Cooties”) continúa a partir de esta situación. Lenore escapa (casi sin darse cuenta) del mundo de los muertos para volver con sus amigos y es perseguida por Pooty, un Sicario Oscuro del Noveno Escalón del Infierno que tiene la forma de un hombrecito diminuto con una cubo por cabeza y va armado con un tridente encantado que provoca a cualquiera que se pinche con él todas las enfermedades que empiecen por la letra S. Pronto Pooty, al que no le hace mucha ilusión su trabajo, acaba por hacerse amigo de Lenore, lo que provoca que el infierno envíe mas secuaces a por ella, finalizando en una brutal batalla contra los ejércitos del abismo. No os preocupéis, no es que Lenore se convierta en sus últimos números en un comic de fantasía épica. Todo esto es narrado manteniendo el mismo sentido del humor desquiciado de las aventuras anteriores, con la ventaja que da un guión más elaborado y situaciones más desarrolladas.

Las historias de Lenore, con su combinación de ternura inocente y salvajismo sangriento, continúan la mejor tradición de la historieta gótica, mas influenciada por Edward Gorey y Charles Addams que por vampiros lánguidos y tramas que se toman demasiado en serio a si mismas. Son historias tan dulces y al mismo tiempo tan crueles como el corazón de un niño. De un niño totalmente perturbado que haya sido ingresado por sus padres en un psiquiátrico, claro está.

Los tres tomos de Lenore han sido publicados en España por Normal Editorial, en su colección “Made In Hell”. Además se ha publicado un tomo llamado “El Gato con la Cabeza Enorme y otras historias que no son tan buenas” que repasa la obra breve de Roman Dirge, también completamente recomendable.

“Lenore es la diversión mas mórbida que se puede obtener fuera de una funeraria. Un mundo propio grotesco y brillante.”
Clive Barker


© 2008, Juan Díaz Olmedo

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Etiquetas: Artículos, Comic

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