Al fin, tras una década siguiendo su carrera y disfrutando de su música, pude al fin ver en directo a una de las intérpretes mas interesantes de la música. Una creadora e intérprete que se ha caracterizado siempre por no dormirse en los laureles y llevar a cabo una continua investigación de nuevos ritmos, nuevos instrumentos y nuevas tradiciones musicales que combinar con la base céltica de su música para crear nuevas composiciones siempre llenas de belleza y energía.
Loreena apareció en el escenario con puntualidad, acompañada por nueve músicos y un murciélago que no hacía mas que revolotear sobre el escenario y le aportó una adecuada nota siniestra a la noche. Nada mas encenderse las luces atacaron los primeros compases de "Tango de Evora" demostrándonos lo que iban a ser las siguientes dos horas: Un espectáculo preciosista protagonizado por músicos de una profesionalidad y virtuosismo fuera de serie, acompañado por un entusiasmo y una forma de disfrutar de la música que no tardó en contagiar al público, haciéndonos olvidar el calor y los mosquitos que llevaban ya un buen rato atormentándonos. El repertorio combinó temas de toda su carrera junto con nuevos temas de su último disco "An Ancient Muse", con el que Loreena ha abandonado un retiro demasiado largo. Un retiro motivado por trágicas circunstancias y por una depresión que, afortunadamente, la intérprete y compositora canadiense parece haber dejado atrás, al menos a juzgar por su actitud en el escenario y por la bromas con las que salpicó sus diálogos con la audiencia.
En directo los temas de Loreena suenan de forma ligeramente distinta, con mucha más energía, con más protagonismo de la guitarra eléctrica y de la percusión. Además de encargarse de la parte vocal, a lo largo del concierto Loreena se encargó de tocar el arpa, el órgano, el piano y el acordeón. Una versatilidad que compartían todos los músicos que la acompañaban, y que demostraron a lo largo de la noche en las ocasiones en la que los arreglos de los temas les dejaban lucirse. Ellos eran los primeros que estaban disfrutando de la ocasión, y como siempre ocurre eso se dejó ver en su música y en su actitud en el escenario.
Después de abandonar el escenario, Loreena y el resto de la banda volvieron a salir dos veces más, finalizando el concierto con "Dark Night of The Soul". Loreena tocó esta última canción al piano, disculpándose por necesitar la letra de la canción (un poema de San Juan de la Cruz) debido al tiempo que llevaba sin cantarla. Al poco de empezar a tocar un golpe de viento tiró del atril una de las dos hojas con la letra. Casi sin hacer ninguna pausa, Loreena siguió tocando mientras se aguantaba un ataque de risa mientras uno de sus compañeros se encargaba de corregir el pequeño desastre. Una demostración de la profesionalidad y el buen humor que todos los intérpretes demostraron a lo largo de la noche.
Tan encantadora y elegante como siempre, Loreena acabó la noche despidiéndose de la audiencia y deseando tener la ocasión de volver a tocar para nosotros muy pronto. Al menos en mi caso, el deseo es mutuo.
© 2008, Juan Díaz Olmedo
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